Las infecciones nosocomiales, aquellas adquiridas dentro de hospitales y clínicas, representan un reto importante para los sistemas de salud en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1 de cada 10 pacientes hospitalizados adquiere una infección durante su estancia, lo que puede provocar complicaciones severas, aumentar la estancia hospitalaria y elevar los costos de tratamiento. Estas infecciones pueden ser causadas por bacterias resistentes, virus y hongos que sobreviven en superficies y equipos médicos mal desinfectados.
Las infecciones hospitalarias pueden transmitirse a través de: Superficies contaminadas: Camas, barandales, mesas de exploración, manijas de puertas y equipos médicos pueden ser reservorios de microorganismos peligrosos. Aire contaminado: Algunos patógenos pueden propagarse por el aire en ambientes cerrados sin sistemas adecuados de filtrado y purificación. Contacto directo con el personal de salud: Si no se cumplen protocolos estrictos de higiene de manos y uso de equipo de protección, las infecciones pueden transmitirse entre pacientes y profesionales de la salud. Uso de dispositivos médicos: Catéteres, sondas y ventiladores mecánicos pueden ser una vía de entrada para bacterias si no se manipulan en condiciones adecuadas de asepsia.
Un hospital sin un protocolo adecuado de desinfección pone en riesgo a sus pacientes y al personal médico. Según la OMS, en países de ingresos medios y bajos, hasta un 15% de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos desarrollan infecciones hospitalarias, lo que eleva la mortalidad y prolonga la estancia hospitalaria. Además, la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos ha convertido la desinfección hospitalaria en una prioridad de salud global. (Fuente: OMS)
Además, el centro dispone de áreas específicas para la validación de prescripciones médicas, almacenamiento adecuado de insumos de salud y zonas asépticas dedicadas a la preparación de las mezclas. Equipado con sistemas de ventilación y control ambiental, se asegura que las condiciones de temperatura, humedad y pureza del aire sean óptimas, manteniendo la esterilidad y potencia de los medicamentos hasta su administración.
Para minimizar la propagación de microorganismos en hospitales y clínicas, es esencial implementar un enfoque integral que incluya:
Los hospitales que han reforzado sus estrategias de desinfección han logrado reducir hasta un 30% la incidencia de infecciones nosocomiales, mejorando la seguridad del paciente y reduciendo los costos hospitalarios asociados a complicaciones.